Salam alikum, soy una chica musulmana y este blog lo he creado para los musulmanes/as  de origen o conversos/as al islam para que hayan aquí el primer punto de encuentro para lo que posteriormente espero que sea inchallah (si las dos partes se entienden y se gustan) el futuro de una relación que acabe en matrimonio.
Así pues todo persona que se sienta inditificada con lo de más arriba citado, que empieze ha dejar sus referéncias y por otra parte los interesados/as pues yo les animo a que le contesten.
Que Allah os guie por el buen camino y déis con la persona que os merezcais
P.D: creo que no hace falta, pero de totas formas voy a puntualizar que por favor se abstengas las personas que no tienen las ideas claras, que ya esten comprometidas o simplemente quieran hacer perder el tiempo a nuestros hermanas/os. Pensad que el matrimonio es un tema muy serio con el cual no se ha de jugar, ni mucho menos con los sentiminetos las personas.
Gracias a todos/as y espero que os servia de mucho a los q buscais conocer un/a musulmo/a practicante que os ame y respecte hasta la muerte.
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Assalam aleikum wa rahmatulah wa barakatuh
ResponderEliminarFelicidades por tu blog, hermana, es una buena iniciativa para que podamos progresar en nuestro Din. Ya se sabe que un buen matrimonio es la mitad de la Religión. Son malos tiempos los que corren para nosotros los musulmanes, en los cuales casarse y formar una familia es una hazaña al alcance de unos pocos. Con propuestas como las de este Blog, vivir como musulmanes se hace más fácil.
Que Dios te bendiga y te conceda el mejor de los hombres.
sábado 22 de marzo de 2008
ResponderEliminarLa mujer y El Matrimonio
De acuerdo con el Islam el espíritu verdadero de la vida marital es: conocimiento, amor, compresión y respeto mutuo. Son muchas las palabras del CORAN y de la Sunna del Profeta, que prescriben dentro del matrimonio, la consideración y la justicia, la compasión y el amor, la simpatía y la benevolencia, la paciencia y la buena voluntad. El Profeta, la paz de Dios Sea con él, nos dejó varias recomendaciones a este respecto, Dijo: El mejor musulmán es aquel que mejor se comporta con su familia y con su esposa e, igualmente, dijo: que el mayor y más bendito gozo de la vida se encuentra en una esposa buena y recta. En la comunidad Islámica, el matrimonio trae consigo derechos y obligaciones. Los deberes y derechos son de ambos esposos. No existe en el Islam ninguna discriminación entre hombres y mujeres: ambos son creaciones de Dios. El uno hecho para la otra. Es como decía el Profeta: Hombres y mujeres, constituyen cada uno, una mitad que necesita de la otra para conformar un todo.
En su forma, el matrimonio islámico es una ceremonia sencilla. No se requiere de ninguna formalidad especial, se puede hacer en cualquier lugar y momento. Las únicas exigencias son: Que los contrayentes declaren de viva voz su deseo de unir sus vidas y que se haga ante dos testigos. E, igualmente, por mandato de Dios, el novio debe enaltecer a su futura esposa con un regalo como símbolo material de su amor.
En lo concerniente a su contenido y significado, el matrimonio para la comunidad Islámica es un fuerte vinculo y un compromiso con el Creador del Universo, con la vida misma: representa la supervivencia, la convivencia y la superación de la raza humana y el sosiego y deleite de los esposos. En el matrimonio estos encuentran la propia realización y satisfacción mutua.
En el matrimonio, hombre y mujer encuentran el amor y la paz. Encuentran la compasión y la serenidad. En el matrimonio, hombre y mujer, encuentran el bienestar y la esperanza. El compromiso matrimonial, antes que un compromiso entre los futuros esposos, es un compromiso con DIOS, EL ETERNO, EL DIOS UNICO, el que todo lo ve y todo lo sabe: Hombre y mujer deben estar plenamente convencidos del compromiso que asumen y su intención debe ser la de conformar una unión permanente y una familia en el camino de Dios. El Profeta, la paz sea con él, dijo: “ ¡ Malditos sean !, los hombres y las mujeres que gozan cambiando frecuentemente de cónyuge.”
El marido contrae, con Dios y con la sociedad, el compromiso moral de tratar a su mujer con amabilidad, honor y paciencia. Es deber suyo, el mantenerla honradamente y no causarle aflicción o daño alguno, ni físico ni moral. El marido debe cumplir sus deberes alegremente, sin reproche ni injuria y buscando, siempre, la complacencia de Dios. Dichas obligaciones debe procurar cumplirlas de manera digna, sin extravagancia, ni tacañería y sin descuidar las otras tareas que le impone la vida matrimonial y los demás asuntos del hogar. La ley de Dios, manda al marido tratar a su esposa con justicia, respetar sus sentimientos y hacerla objeto de gentileza y consideración. La relación matrimonial debe ser armónica y en ella debe reinar la paz y la alegría.
En su último discurso, el Profeta, la paz y las bendiciones de Dios sean con él, Dijo:
“ ! Vosotros ! Tenéis derechos sobre vuestras esposas y vuestras esposas tienen derechos sobre vosotros. Tratad a vuestras esposas con amor y gentileza. En verdad las habéis tomado como un encargo de Dios y las habéis hecho legitimas por las palabras de Dios. Sed siempre fieles al encargo que se os confía y evitad los pecados.”
Assalam aleikum wa rahmatulah wa barakatuh
ResponderEliminarHace mucho que no publico en este blog, es más, ya ni me acordaba de él. Cuando algo no se necesita, la mente lo relega a un segundo plano, es cuando lo necesitamos que salta a nuestros ojos.
Cuando se inició este blog, varios de sus miembros también estábamos iniciando una relación sentimental. Como todos los principios, son bonitos, pero duros, sobre todo cuando lo que prima es la distancia. Porque nosotros, los musulmanes, no siempre encontramos a la mujer o al hombre de nuestra vida, la persona amada con quien queremos vivir nuestro Din, en la calle de enfrente. Muchas veces, por distintas razones, bien porque somos conversos y no conocemos a nadie, bien porque en nuestro pueblo no hay muchos musulmanes o bien simplemente Dios ha querido que la persona elegida viva lejos, hay muchas relaciones halal a distancia.
A distancia.
Que mala palabra.
Viene todo esto a colación porque quisiera compartir con el resto de hermanas y hermanos, o simplemente quien lea esto por casualidad, algunas pensamientos acerca de una relación a distancia.
Dos musulmanes, una chica y un chico, cruzan sus caminos. Se gustan, se aprecian, se empiezan a querer y deciden empezar una andadura en común, con vistas al matrimonio.
Pero tienen muchos kilómetros de por medio. Muchas dudas, muchas incomprensiones, mucha intolerancia el uno con el otro.Y si son de culturas diferentes, no os cuento más. Españoles y rifeños o marroquíes nos matábamos, asesinábamos y masacrábamos hasta hace apenas ochenta años... ayer, como quien dice. Hoy día es normal las relaciones de parejas entre rifeños o marroquíes y españoles. Pero la pasión que ambos pueblos tienen en sus almas lo transmiten a las relaciones amorosas.
Intolerancia, incomprensión, actitudes que creemos que significan una cosa pero que al final son otra, inexperiencia en este tipo de relaciones... en fin, que una bonita historia de amor se puede convertir en un auténtico desastre, donde ambas partes sufren, donde ambas partes se desviven por el otro, pero ninguno da su brazo a torcer. La pasión del campo de batalla traspuesta a otro campo de batalla: el amoroso.
Son muchas las páginas del Corán que hablan de la comprensión, la tolerancia, la paciencia y el apoyo mutuo entre esposos, páginas de una belleza humana incomparables.
Desgraciadamente, leemos mucho el Corán, pero no lo llegamos a comprender, ni siquiera sabemos que nos quiere decir. No, ni por asomo. Ponemos por delante nuestras razones, nuestras causas, nuestras opiniones y nuestras pasiones antes que lo dicho por el Profeta sws. Mal asunto. Nos obcecamos en ver la mota de polvo antes que la limpieza general, nos obcecamos en ver el mínimo defecto antes que a la buena persona que tenemos enfrente, nos obcecamos en seguir siendo intolerantes e impacientes, porque "la que manda, o el que manda, soy yo". Preferimos ver el camino tan largo pasado y no vemos la meta que está a cincuenta metros.
No. Eso no es musulmán, ni islámico. Ni tampoco es una relación halal.
Eso empieza por no ser nada.
Si los problemas normales de relaciones a distancia, y normales quiero decir familiares, laborales o de cualquier otro tipo, nos hace ahogar en un vaso de agua, imagináos que sería la vida en común con problemas más graves. Un sinsentido.
Pensad que después de unas vacaciones, siempre hay una vuelta a la vida normal, con su rutina, con su soledad y su desesperanza hacia la nada. Pensad que diez días no son nada cuando lo que nos espera es toda una vida en común, realzando nuestro Din.
No castiguéis a vuestras parejas, no las hagáis sentirse mal, ni desamparadas ni olvidadas. No es humano. No es musulmán.
Bueno, no os quiero cansar más con mis diatribas. Sólo quería compartir en voz alta estas ideas. Espero que alguna hermana o hermano saque una conclusión y que le ayude en su relación de pareja, sobre todo si es a distancia.
Que Dios os bendiga a todos y os de fuerzas.
En vez de ayudar, tu escrito deprime. Piensa dos veces antes de escribir lo que escribes. Pareces tan dolido, un musulman deja poco que desea, cuando no dice alhamdullilah por lo que estas pasando y guardaselo para si mismo.
ResponderEliminarQue ingrato eres.
Assalam aleikum
ResponderEliminarNada más lejos de mi intención que "deprimir" a nadie, al contrario, este escrito es sólo una llamada de atención, un aldabonazo para todo aquel hermano / hermana que se embarque en la hermosa, aunque a veces poco fructífera, aventura, de unir su vida con otra persona en un Din común.
Si estoy dolido o no, como bien dices, es cosa mía, y en efecto, doy gracias a Dios en lo bueno y en lo malo.
Ingratitud.
Que palabra tan corta y cuantos signficados encierra.
¿Verdad?
Tengo otra palabra mejor:
Deslealtd.
Assalam aleikum wa rahmatulah wa barakatuh
ResponderEliminarTiene que pasar mucho tiempo para que nos demos cuenta del porqué y la razón de las cosas. No llegamos a vislumbrar más allá de nuestras narices, y nos agobiamos, nos apenamos, nos enfadamos con cosas que nos ocurren en la vida, que no entendemos, que no comprendemos y que no buscábamos, pero ahí están, y nos hacen sufrir y llorar.
Nos olvidamos que somos musulmanes, o por lo menos, no lo tenemos muy presente. Creemos que la culpa del fracaso de una relación es nuestra, pensamos incluso que Dios nos ha abandonado... y la explicación es mucho más simple.
Primero, que la persona elegida como amor "halal" no es, ni por asomo, lo que espérabamos de él o ella. Segunda y principal, es una prueba que nos manda Allah, y como tal, hay que aceptarla y decir "Alhamdulillah". De todo corazón.
Pasa el tiempo.
Y sin darnos cuenta, llega el verdadero Amor. Así, con mayúsculas.
Y lo que había sido un fracaso, una decepción, se convierte en una prueba superada, en un "curso intensivo de Islam". Gracias a ese "curso", se aprende a pensar como musulmán, vivir como musulmán, y sentir y amar como musulmán, al lado del Amor Eterno, al fin encontrado.
Todo se vuelve lúcido y claro, se encuentra el porqué de tanto sufrimiento y tanta desesperación. Y volvemos a decir: alhamdulillah.
Se conoce al verdadero Amor, y dos espíritus, dos almas que una vez, hace mucho tiempo, ya estuvieran unidas, se vuelven a transformar en un mismo espíritu y en una misma alma, en un mismo Din, en búsqueda de su Creador, el Misericordioso, el Clemente.
el Amoroso.
v
hablo como un musulmán
y amo, a mi Reina, como un musulmán
y lo mejor
ME HE CASADO CON LA MEJOR MUSULMANA